sábado, 21 de marzo de 2009

Instrumentalización humana-Ensayo

Trabajo Filosofía Primer período décimo grado, Aspaen Gimnasio los Alcázares
Nombre: Sebastian Moreno Quimbay
Número: 24
Grupo: 10°A
Fecha: Marzo 10 de 2009
Ensayo:
La instrumentalización Humana en el sentido ético y consumista de la humanidad
Desde sus orígenes, la conducta humana ha enfrentado la posibilidad de ser digna o indigna, de ser humana o inhumana. Desde el surgimiento de la conciencia el hombre se ha visto de frente con su propia realidad, ha contemplado desde diversas perspectivas su esencia, y en un mayor rango, su existencia. Esta –la conciencia-le ha permitido darle a sí mismo una direccionalidad, contemplando el caso de que exista en su propio medio los conceptos del bien y del mal (lo cual San Agustín de Hipona reflexionó al respecto a través del maniqueísmo, la cual le pareció una doctrina que podía corresponder a la experiencia y proporcionar las hipótesis más adecuadas sobre las que construir un sistema filosófico y ético). ¿Qué son el bien y el mal?, ¿cuál es su relación con la denominada instrumentalización humana?, ¿qué es ella?, ¿cuál es nuestra relación con ella?. El bien y el mal supondrían en el hombre una condición trascendental en la naturaleza, pues junto con su conciencia, el hombre logró dar un paso que ningún otro ser existente ha podido cumplir desde que surgió la vida: el hombre con su razón y su habilidad instrumentalizadora logró darle significado a su comportamiento y a su misma existencia por medio de su redención a un ser superior al cual debe todo su haber y su poseer: lo Sacro , de manera universal, y Dios –en nuestro medio-.
Pero el problema esencial de la conducta humana es cuando el hombre define su comportamiento con sus semejantes. Esta relación con los demás y la sociedad es lo que le confiere a la llamada ética su caracterización trascendental sobre toda la humanidad, pues a pesar de comportarse bajo el designio de ser universal para todos los hombres, él mismo le va otorgando su esencia, de acuerdo con la divina dualidad del bien y del mal, y todo esto debido a que el hombre es el único ser en la naturaleza que por medio de la voluntad y su inteligencia es capaz de autodestruirse y de deteriorar en pequeña o en gran escala su género.
No se por qué ni de donde apareció la conciencia. Sólo se de ella, que nos hizo dar un paso fundamental en toda la existencia en general, pues supuso con su surgimiento el origen de la razón humana instrumental que le confirió al hombre la posibilidad de vanagloriarse y someter toda la naturaleza a sus pies, ya que por su voluntad e inteligencia naciente vió innecesario el tener que adaptarse a un medio específico, logrando así adquirir la capacidad de adaptar su medio circundante con un objetivo en común: su bienestar.
Pero en su andar por el mundo con su nueva y grandiosa característica se estrelló con una realidad inevitable y que, además mostraba una fuerte dependencia para su ansiado bien: la conducta del hombre que se distingue notablemente por ser libre, sin instintos animales, donde predomina el uso racional y volitivo. Es un hecho que dicha búsqueda por el comportamiento racional es algo universal en todos los asentamientos humanos. Griegos, egipcios, hindúes, entre otros idearon un estilo de conducta para su propia subsistencia, orientados en su mayoría para la protección del género humano; aunque es menester anunciar que cada cultura, en especial los gobernantes, de acuerdo a su conveniencia fue adaptando estos parámetros, lo que trajo como consecuencia el mismo deterioro de la humanidad. Más, ¿qué es el bien y el mal en la universalidad?
El bien, ese ansiado ente utópico es, como lo habría definido José Ramón Ayllón, “es en sentido objetivo, lo que perfecciona a un ser, lo que le conviene por naturaleza” , lo que supondría que es todo aquello que se encuentra en su natural armonía. Correspondería en el hombre a esa cualidad natural por la cual él actúa de acuerdo a unos parámetros estipulados por una ley natural universal que objetivamente rige a todos los hombres, sin importar las condiciones que le rodean, con el único fin de la armonía en la existencia humana. Pero en contraposición a él existe el mal, que es todo aquello que se opone directamente a la naturaleza del universo, y en si misma a la esencia primaria del hombre.  
Realidad es que el hombre libremente puede optar por cualquiera de los dos regímenes antagónicos; desde la antigüedad se ha juzgado (o por lo menos se ha tratado) a todos los humanos que han pisado la tierra, cada cual dependiendo de las circunstancias de la historia y su cultura (denominado bien dinámico), inclusive hoy día dicha práctica de juicio entre el bien y el mal es una de las problemáticas mas cuestionadas por todos los habitantes de una sociedad.
Con el creciente auge de la economía, el hombre ha intentado alcanzar un perfeccionamiento soñoliento, semejante a los ideales utópicos propuestos por Julio Verne o el mismo Carl Sagan, que definieron lo grandioso que puede ser el alma y la imaginación humana cuando trata de superarse a sí mismo en todos los obstáculos del quehacer diario. No podríamos considerar éticamente ilícito los ideales de superación del hombre, puesto que estos corresponden al insaciable espíritu emprendedor, de lucha y mejoramiento que le brinda día a día el magnífico sentido de su existencia, direccionalizando concretamente a la dignificación del hombre, es decir, a su humanización por medio de la búsqueda infinita de la felicidad, debido a que la proposición de metas e ilusiones es lo que hace que este magnífico ser se levante cada día con una aspiración que luego lo conducirá a su bienestar o al de la misma sociedad.
Pero a pesar de que esta infinita lucha dignifica al hombre en su ilustrante labor, en la actualidad, el surgimiento de la industria, de los medios de comunicación y de teorías políticas con base en un sistema económico, provocó uno de los mayores males en el concepto humano, trayendo consigo el deterioro de la humanidad. Anteriormente hablé sobre el hombre de razón instrumentalizadora, que transforma su medio circundante, adaptándolo según sus necesidades con el objetivo de tener una vida más provechosa en el áspero mundo en el que se encuentra. Surgió como consecuencia la economía, o el intercambio de bienes por bienes, lo cual tuvo su debida historia y educación. Con el auge de la industria, y a través de las inspiraciones marxistas pertinentes en el tema, se creó la concepción del trinomio producción-distribución y consumo, en la cual está fundamentado todo el pensamiento occidental, y en especial el modelo consumista americano que tanto males le ha propiciado a el mundo, conduciéndolo a una decadencia ambiental y humana, igual a la ocurrida en la civilización helénica.
Este estilo de vida provechosa, consumista y de carácter placentero, causó en el mundo un gran impacto, a demás de propiciar un caos netamente ecológico, de la cual todos somos mayormente responsables, existe un problema olvidado, que se disfraza, pero que en esencia oculta toda tragedia que un hombre puede vivir en referencia a su libertad, pues es el único ser que puede actuar con su inteligencia acorde a su voluntad. La instrumentalización humana es aquel problema planteado.
La instrumentalización del hombre es la inmersión del medio productivo en el género humano; en otros términos es la inclusión del hombre como objeto del hombre. Es convertir el haber y poseer humano en un medio productivo con fines exclusivamente individualistas y egoístas, y en la mayoría de casos con la intervención de la economía productiva de bienes, y de políticas subversivas en la definición de hombre, es decir, de proyecto con seres humanos para obtener un lucro específico.
Es interesante mencionar los diferentes argumentos como se plantea en la serie televisiva japonesa “Neon Genesis Evangelion”, la instrumentalización es la mecanización de todos los elementos que conforman al hombre, incluyendo sus capacidades físicas y cognitivas, siempre bajo la influencia del maquiavelismo: El fin justifica los medios, o en el ámbito de la misma, todo el sufrimiento de unos pocos es nada comparado con la salvación de la humanidad. En la serie se presenta el caso de unos jóvenes que deben sacrificar toda su vida y en especial su utópica felicidad, para la supervivencia de toda la humanidad; pero con el progreso de la serie se descubren elementos heréticos que demuestran que la finalidad de la instrumenalización no está en el bien común, sino en el de grupo de personas influenciadas por su candente deseo de tocar y convertirse en el ser más divino: Dios.
Aunque suene muy utópico, Evangelion toca un elemento muy preciso, muy cuestionado (que está intrínsecamente relacionado con la instrumentalización del hombre) el cual corresponde al complejo “Ayanami” (explicado en las experimentaciones humanas), como consecuencia de dicha mecanización. Como cuestiones éticas modernas es posible encontrar las experimentaciones con seres humanos, cuya única intención es la de convertir al ser humano como otro objeto cualquiera de la realidad, rechazándole totalmente la trascendencia de su ser (este es el tema central de serie).
La instrumentalización supone, pues, el límite de la conducta humana libre, con un estrecho vínculo con la degeneración de la ansiada libertad, debido a que ella contiene todos los problemas éticos básicos contemplados en la ley natural. Supone actos anti éticos como el no respeto a la vida (ya que no importa la vida de uno, sino la actividad laboral de un conjunto determinado de hombres); el olvido de la dignidad (el hombre es totalmente imprescindible para la industria, sólo es un objeto transformador utilizado para producir bienes); y la falta de consideración de la igualdad en el tejido humano, pues se da una completa jerarquización entre los distintos conformadores de la sociedad (la más clara, la división entre humano-instrumento y el humano monopolizador quien instrumentaliza a sus semejantes por un fin determinado).
No obstante, la instrumentalización no sólo hace exclusiva referencia el método de utilizar al hombre como otro medio productivo. En cierta medida todos y cada uno de los hombres se ven incluidos dentro del modelo instrumentalizador de los entes con poder dominante. Por los medios masivos de producción y de comunicación, el hombre se convierte en un objeto nada mas consumista del cual sacar un ostentoso lucro. Esta situación supone el fin de la libertad, de definir la propia esencia de cada individuo. Propone el fin a la vida humana desde una perspectiva “sartriana”, y en cierta medida “heidergianna” pues el hombre existirá pero no tendrá a la suficiente liberta para definir su esencia neta; lastimosamente, quien define nuestro ser hoy es esa sociedad maquiavélica. El hombre es una existencia que se define como proyecto, que será lo que libremente proyecte ser, pero ¿dónde está esa capacidad para dirigir el hermoso proyecto? Lamentablemente ya no es nosotros, sino en el medio imperialista.
El medio circundante ha influenciado de manera tal la existencia que ninguno de los hombres puede declarase a sí mismo feliz y/o libre. La razón de esto no es oculta ya que al mundo no tiene propuesto que sus habitantes alcancen sus objetivos de una manera rápida y concisa, pues esto significaría, en síntesis, el fin de la necesidad de consumir o de querer cada vez mas lo que no se tiene. El mundo moderno actúa metafóricamente como cárcel, donde solo libraremos muestro cuerpo y alma a través del simple ejercicio de apartarnos simbólicamente de las trabas del mundo moderno. Evangelion es conciso en este término, pues al final de la serie Shinji, el protagonista se ve inmerso en un gran dilema existencial, sólo desea ser feliz y libre, pero ni siquiera él puede definírselo a sí mismo, que es lo que realmente quiere. La libertad que tenía en mente, era totalmente contrario a lo impuesto por el universo, pidió por su libertad y se le otorgó de cierta manera con la cual él disgustado quedó completamente, pues en su interior el contemplaba una libertad impuesta por la sociedad humana, la cual implica estar aferrado a un suelo, y no en un espacio sin restricciones, como lo acontecido en la serie. Ocurrió lo mismo por su réplica a la felicidad; tenía en mente un día soleado para ser feliz, y ingeniosamente se le otorga un día con lluvia. El argumenta más válido en éste caso es: ¿es qué acaso no se puede ser feliz bajo la lluvia?
 Con lo anterior pretendo decir que el hombre mismo, además de la sociedad, es el único que pone trabas a su vida gracias a que subsiste en un medio netamente manipulante. El hombre mismo es el que debe buscar y nombrar por sí solo su felicidad, y en otra estancia su libertad, para que coherentemente su “existencia preceda a su esencia” y para así llevar a cabo una genuina vida conforma al ideal primario del mismo (la felicidad).
Las causa probables de la instrumentalización se pueden contemplar en las bases nihilistas de la sociedad, donde es posible apreciar un gran ambiente caracterizado por esa pérdida completa del sentido de la vida, que trae consigo el olvido progresivo del fundamento de la realidad y de la dignidad humana. En un caso concreto, es posible encerrar a Nietzche como el responsable de lo acontecido, pues gracias a él se incrustó en el sentir del hombre la necesidad de superación y domino de un individuo o en su caso sociedad, frente a un grupo humano. Muestra clara de esto fue la herencia que dejó a la humanidad de nombre Nazismo, uno de los ideales mas instrumentalizadores, pues se centraron especialmente en el dominio y adquisición de poder frente a sus semejantes, y en concreto, a los judíos, a quienes Nietzche también sentía malestar , mostrando en su famosa teoría del deber, donde coloca a éstos como un grupo esclavo que siempre gime por su libertad. 
Sin embargo, la mayor influencia de Nietzche frente a la problemática consiste en la declaración de muerte de Dios, con la cual aprobó, como dijo Dostoievski: “si Dios no existe, todo está permitido” , inculcando en el hombre un pensamiento liberalista donde ética y moral yacen en el vacío. Formuló más conciso esto en la teoría del “superhombre”, que es aquel hombre capaz de definir sus propias normas de conductas, inclusive declarándose a sí mismo superior a toda la existencia humana, provocando, como dije anteriormente, el olvido de la dignidad humana, pues a éste superhombre no le importa imponerse frente a los demás, debido a que hedonistamente se considera a sí mismo dios.
En conclusión, el origen de la conducta del hombre se ha fundamentado en el buen o mal uso de su libertad, en la permanente búsqueda de esta en cada individuo y de todos sus semejantes, pues desde el surgimiento de la conciencia este ser vió la necesidad de normatizarse para mantener un equilibrio en los comportamientos con sus semejantes y para consigo mismo, con el objetivo de la sana perpetuación de la especie. La permanente búsqueda de la felicidad es el hecho que le confiere el auténtico sentido a la existencia, pues el hombre libremente va definiendo su proyecto de esencia acorde a su necesidad primordial, en acuerdo con su libertad.  
La instrumentalización del hombre no es más que un eslabón de la cadena infinita en la búsqueda del bien del hombre, bien distorsionado que supone el fin de la trascendencia humana, pues es la inmersión del género humano en los procesos productivos de los medios políticos y económicos del mundo contemporáneo. Supone además la manipulación indirecta de todos los humanos con el propósito de convertirlos en la pieza clave de la economía, puesto que la sociedad consumista sólo se interesa en ver al hombre como un ente que compra y que consume; no ve las características trascendentales que se contemplan en él como un ser que se rige bajo unos parámetros para su sana convivencia, y en una mayoría de casos, sublemado hacia la presencia de un Dios ó santidad a la cual le debe su haber y su existencia existencia.
 
Bibliografía:
• AYLLÓN,J.R.;FERNANDEZ, A.; Ética ESO 4; Editorial Magisterio Casals; página 163, 2007.
• DOSTOIEVSKY, F. en AYLLÓN, J.R. Y FERNÁNDEZ, A.; Ética ESO 4; Editorial Casals; página 43; 2007.
• NEON GENESIS EVANGELION; Estudio Gainax en asociación con TV Tokyo, 1998.
• NIETZCHE, F. en AYLLÓN, J.R. Y FERNÁNDEZ, A.; Ética ESO 4; Editorial Casals; página 81; 2007.
• "SAN AGUSTÍN DE HIPONA." Microsoft® Student 2008 [DVD]. Microsoft Corporation, 2007. 
• SARTRE, J.P.”El existencialismo es un humanismo”; Editorial Edhasa; página 27; 2002.

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